Wednesday, January 19, 2011

Más con los humildes está la sabiduría

Lectura: Habacuc 2:4-5
Habacuc 2:4 “Aquel cuya alma no es recta se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”




El Orgullo es un sentimiento ambiguo y engañoso, si bien puede usarse para expresar la virtud de una persona u otra cosa, lo que siempre revela en el fondo es un exceso de estimación propia, vanidad, y hasta arrogancia.
En ocasiones si corregimos a alguien es común decir que se le “hirió su orgullo”. Mas eso solo sería si su autoestima está sobrevalorada, pues el humilde acepta de buena gana la corrección.

Si por uno u otro motivo le decimos a un hijo: -Estoy muy orgulloso de ti. Aparte de exaltar el mérito que él tiene, ¿no nos estaremos sobreestimando por el hecho de que sus logros son debido a la educación que le brindamos y el apoyo que le dimos?¿acaso no nos estamos poniendo como coautores de su éxito? Lo que el orgulloso hace es atribuirse algo de grandeza para si, y esto no es otra cosa que pecar contra Dios al tratar de tomar parte de Su gloria. El orgulloso no es bien visto por Dios, la Biblia también dice que las almas que se enorgullecen no son rectas.
En lugar de llenarnos de orgullo por esto o por aquello, lo que deberíamos es sentir satisfacción y estar agradecidos de Dios por cómo ha obrado en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestros países, y en todo. Antes que sentir orgullo, los que si debemos es estar confiados que Dios está dirigiendo todos, absolutamente todos nuestros asuntos. Esa es nuestra fe y por ella vivimos.
  


“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu humilde y para vivificar el corazón de los quebrantados”. Isaías 57:15

Para poder decir “Dios habita conmigo”, tenemos que aprender que es la humildad y aprendernos el secreto de la felicidad: Bienaventurados los pobres en espíritu...los humildes...porque de ellos es el Reino de los Cielos. (Mateo 5:3)

La humildad es: “Virtud consistente en el conocimiento de nuestra pequeñez y proceder en consecuencia. Sumisión, acatamiento”. Esto según el diccionario enciclopédico Santel.

La Biblia nos habla de la humildad en el libro de Proverbios y en los evangelios, para que comprendamos qué es la humildad y lo que no es.

La humildad Bíblica no es despreciarnos, ni tener una pobre opinión de nuestros dones o talentos. No se trata de auto-afligirse y decir “no soy nada, no valgo nada”. Cristo murió por nosotros, por lo tanto somos de gran valor.

La humildad a la que se refiere la Biblia es señal de fuerza espiritual, y por esa fuerza, uno decide en ocasiones ceder sus derechos a otro, cuando es para bien del Reino de Dios. Esto se refleja en la manera en que nos sometemos a las autoridades, tanto espirituales como terrenales. También, se refleja en la manera en que resolvemos nuestras dificultades. En proverbios, el humilde es aquella persona sencilla que no se siente amenazado por nadie y que no tiene que andar luchando contra las personas por “sus derechos”. La humildad Bíblica es lo opuesto a la soberbia, la arrogancia, y la vanagloria, todas estas caras de un mismo pecado: el orgullo.

“Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los soberbios” Proverbios 16:19

“La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra”. Proverbios 29:23


Cuando aprendamos a aplicar la humildad a todas las situaciones de nuestra vida, los resultados serán evidentes:

SABIDURÍA: “Más con los humildes está la sabiduría” Proverbios 11:2ª

“El que ama la instrucción, ama la sabiduría, mas el que aborrece la reprensión es ignorante” Proverbios 12:1


¿Cuál es nuestra actitud cuando alguien nos da un consejo? ¿escuchamos? ¿todos están equivocados, pero nosotros no? ¿nos molestamos? ¿nadie nos puede decir nada?

La persona humilde escuchará el consejo: después de escuchar atentamente, orará a Dios para que le muestre la verdad y la solución al problema. Sin enfadarse ni molestarse, pues esto es síntoma de orgullo.


HONRA: “El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; Y a la honra precede la humildad.” Proverbios 15:33

“Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra es el abatimiento”. Proverbios 18:12

“Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y el temor de Jehová”.

Si te sientes menospreciado(a) por alguien, frustrada, atacada, puede ser que se halle orgullo en ti. Busquemos la humildad verdadera, y Dios nos levantará y nos honrará.

GRACIA:”A los humildes dará gracia” Proverbios 3:34b (Santiago 4:6) Todas las bendiciones de Dios son por su gracia y por su favor, NO porque seamos muy buenos, o perfectos o merecedores de las bendiciones. La gracia es el regalo de Dios traducido en primer lugar, en la Salvación. Después de la Salvación por Gracia, no por obras, viene todo lo demás: Nuestra capacidad de entender la Biblia, recibir la llenura del Espíritu Santo, la salud, los dones, la familia y los amigos, todo esto son regalos dados por Dios a los hombres, por su infinita gracia, no porque seamos buenos. El camino de la humildad, es el camino del favor de Dios.


El reconocer que no somos perfectos, que no hay perfecto ni uno, nos da la capacidad de pedir perdón y perdonar a los que nos ofenden. De nada sirve “pedir perdón” si somos incapaces de “perdonar a los que nos ofenden”. La humildad nos lleva a reconocer nuestra pequeñez y nuestra imperfección, y a ser tolerantes con la pequeñez y la imperfección de los demás, sin molestarnos ni ofendernos por ello: Una vez mas, esto es ORGULLO.

El orgullo es nuestro mayor enemigo, y se refleja en actitudes como la soberbia, el corazón y los ojos altivos, el presuntuosos, burladores, arrogantes y el avergonzar a otros, todas son caras del orgullo disfrazado.


Según el diccionario, orgullo es “Arrogancia, exceso de estimación propia”. La Biblia, nuestro amado libro consejero, también nos habla del orgullo:

“La soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco” Proverbios 8:13b

“Abominación a Jehová es todo altivo de corazón” 16:5 No podemos, no debemos olvidar que el orgullo fue lo que hizo que Satanás se rebelara contra Dios, y lo que hizo que Eva comiera del fruto prohibido y se rebelara contra Dios. Como el orgullo tiende a disfrazarse (como Satanás), tenemos que estar alertas y reconocer cuándo este pecado mora en nosotros. “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra” Proverbios 11:2

Cuando hay orgullo, hay contiendas. La persona orgullosa cree que siempre tiene la razón, y los demás están equivocados. El orgullo se disfraza de celos y contención, y ahí hay perturbación y toda obra perversa (Santiago 3:16)


El orgullo es muy peligroso en la vida de los cristianos, pues nos llenamos de basura espiritual si le abrimos la puerta, y esta basura contaminará nuestro hogar, nuestras relaciones y llegará hasta la iglesia. El orgullo es, como la salvación algo personal entre nosotros y Dios: Tenemos que humillarnos y reconocer nuestro orgullo, nuestro mal carácter y nuestra falta de humildad y pedirle a Dios Altísimo que nos ayude a cambiar. Nadie hará esa labor por uno. Esto es lo que nos corresponde en lo individual. 


La Depresión: “La soberbia del hombre le abate”. Proverbios 29:23. La Depresión es otra máscara con las que se disfraza el orgullo. Al deprimirnos, estamos pensando “porqué me pasan estas cosas a mí, si yo soy muy bueno(a) y no le hago daño a nadie”. Es decir, la depresión la mayoría de las veces es “autolástima”, y esto es una forma sutil de orgullo, porque es una preocupación por uno mismo.


“Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu” Proverbios 16:8

La soberbia y la rebeldía van de la mano, y la depresión, la autodestrucción y el fracaso son consecuencias del orgullo que mora en nuestro corazón y que se esconde para que no lo veamos. Hoy vamos a exponerlo y echarlo fuera de nuestra vida para siempre en el nombre de Jesús:
Si hay orgullo en tu corazón habrá manifestaciones tales como:
+Pensar más en nuestros derechos que en los derechos de los demás.
+Falta de perdón y amargura.
+Endurecimiento del corazón e incapacidad de olvidar las ofensas.
+Temor de lo que el hombre o la mujer puedan hacernos.
+Espíritu independiente, que no acepta la corrección ni la enseñanza.
+Siente que siempre tiene la razón.
+Inseguridad, baja autoestima, excesiva preocupación en la apariencia personal, o en las apariencias generales.
+Falta de gratitud, incapacidad de ver lo que los demás están haciendo por nosotros.
+Impaciencia. Darse demasiada importancia a uno mismo.
+Celos, envidias, deseos ocultos de la carne, desconfianza.


Si consideras que tienes una o varias de estas manifestaciones alojadas dentro de tu corazón, hoy es la hora de exponerlas a la luz admirable de Jesucristo, y erradicarlas de nuestra vida en Su nombre. “Señor Jesús, ayúdame. Líbrame del orgullo y la rebeldía que se esconden en mi corazón. Ayúdame a vivir en humildad verdadera, porque un corazón contrito y el espíritu quebrantado, tu no desprecias. Ayúdame a sacar esta raíz de orgullo que puede llevarme a la destrucción de mi alma, y te pido que limpies mi corazón endurecido por el orgullo, y lo conviertas en corazón de carne, agradable a ti. Amén.”

Dios los bendiga! 



Saturday, January 15, 2011

Jesus fue TENTADO mateo 4:1-11

Mateo 4:1-11

Mateo 4

Tentación de Jesús
(Mr. 1.12-13; Lc. 4.1-13)
 1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo     2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
    3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
    4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios
    5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
    6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:
    A sus ángeles mandará acerca de ti,,
    En sus manos te sostendrán,
    Para que no tropieces con tu pie en piedra.
    7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
    8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
    9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
    10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás
    11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.





Mateo 3 nos relata el bautismo de Jesús por Juan el Bautista. En su bautismo, Jesús “vio
al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre Él” (Mateo 3:16). Entonces,
estas palabras vinieron del cielo: “Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con Él”2
(Mateo 3:17).


Esta experiencia fue una fuente de gran fortaleza y ánimo para Jesús. Después de esto,
Jesús fue guiado por el Espíritu al desierto “para que el diablo lo sometiera a tentación”3
(4:1). Tal y como el primer Adán enfrentó a Satanás en el Jardín del Edén, el segundo
Adán, Jesús, enfrentó a Satanás y a sus tentaciones. Esta vez, el intento de Satanás
fracasó.









Para poder identificarse con nuestra lucha contra la tentación, Jesús enfrentó a Satanás
como ser humano. Él experimentó todo lo que los humanos enfrentan (vea Hebreos 4:15).
Satanás mismo presentó las tentaciones y no se retrajo. Jesús experimentó la tentación al
extremo. Ni Satanás mismo, sin embargo, pudo causar que el Hijo decepcionara al Padre.
La palabra traducida “tentado” quiere decir probado, tratar de hacer algo, puesto a
prueba. Jesús fue llevado al desierto para ser probado para ver si podía soportar cara a
cara las tentaciones de Satanás. Jesús había estado ayunando durante cuarenta días en el
desierto. Por lo tanto, él estaba sediento, hambriento, y físicamente débil. Entonces fue
cuando Satanás escogió tentar a Jesús. Satanás quería que Jesús estuviera agotado y
exhausto con la esperanza de que Jesús estuviera muy débil para resistir la tentación. Las
tentaciones que Jesús enfrentó estuvieron diseñadas para provocarle que pecara contra
Dios. Cada una de las tres tentaciones estuvo en oposición directa con la Palabra de Dios.
Satanás sabía que si Jesús pecaba, Jesús no sería capaz de ser el sacrificio por los pecados\
del mundo. La ley de Dios demandaba que el cordero del sacrificio fuera sin defecto y sin mancha.





Tentado por lo físico (4:3-4)
Satanás comenzó atacando la condición física de Jesús. Jesús había estado ayunando por
cuarenta días, por lo que naturalmente, estaba hambriento y físicamente débil. Por lo
tanto, Satanás apeló a su necesidad humana de alimento. Esta tentación se trató más que
de simple comida. En vez, también se trató del amor y la voluntad de Dios.
La declaración de Satanás fue: “Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se
conviertan en pan” (Mateo 4:3). Satanás estaba implicando que si a Dios le importaba
Jesús, no le hubiera llevado al desierto a pasar hambre. Satanás también estaba sugiriendo
que Jesús usara sus poderes divinos para suplir sus necesidades humanas.
Jesús no ayunó durante cuarenta días solamente para saber cuánto tiempo podía estar sin
comer. Por el contrario, el ayuno es un ejercicio espiritual. Ayunar incluye abstenerse de
alimento con el propósito de buscar a Dios. Ayunar es una disciplina que incluye
sacrificio para un propósito mayor- el crecimiento espiritual. El ayuno es usado en la
Biblia como un método para buscar a Dios. Satanás quería que Jesús pusiera sus
necesidades físicas sobre sus necesidades espirituales. Si Jesús hubiera caído en esta
tentación, Él hubiera estado en contra de la voluntad de Dios para Él en ese momento.
Dios proveería alimento para Jesús a su debido momento.
Satanás también apeló al poder de Jesús. Jesús pudo haber aprovechado la oportunidad
para mostrar su poder. Jesús pudo haber convertido las piedras en pan; Él tenía el poder
para hacerlo. Sin embargo, el hecho de que Jesús tenía el poder para hacerlo, no significa
que era correcto. Lo que Satanás proponía sonaba lógico. Jesús pudo haber mostrado su
poder y satisfecho su hambre. No había nadie allí para verlo hacerlo. Por lo que, ¿qué
había de malo con un pequeño milagro? Jesús sabía que Satanás es el “padre de las
mentiras” (Juan 8:44). Lo que Satanás dice puede sonar lógico, pero siempre hay algo
detrás de las palabras de Satanás que conduce a pecar contra Dios.



Jesús no intentó diseñar su propia respuesta para Satanás. En vez, Él le respondió a
Satanás citando un pasaje de las Escrituras en el Antiguo Testamento. Jesús usó la espada
del Espíritu, la Palabra de Dios, como su arma contra la tentación. Satanás sabía lo que
estaba escrito en las Escrituras, y él sabía que no podía soportar las Escrituras. El pasaje
original se encuentra en Deuteronomio 8:3, refiriéndose a la provisión de Dios de maná
en el desierto para los Israelitas. Jesús usó este versículo para decirle a Satanás que Dios
proveería para sus necesidades.


No era que Jesús no podía convertir las piedras en pan, sino que escogió no hacerlo. Jesús
escogió no hacerlo porque, primero que todo, Él sabía que Satanás quería que Él
fracasara. Segundo, rendirse a la tentación sería limitar a Dios a una sola manera para
suplir sus necesidades- pan. Tercer, rendirse a la tentación significaría que Jesús asumiría
control de la situación en vez de dejar que Dios estuviera en control. Cuarto, rendirse a la
tentación significaría darle a Satanás lo que él quería- obediencia.



Tentado por las emociones (4:5-7)
La segunda tentación ocurrió en Jerusalén. Mateo 4:5 dice que el diablo llevó a Jesús a la
“ciudad santa”. La palabra “llevó” implica que Jesús guió a Jesús o lo indujo a ir. Jesús
fue voluntariamente; Él no fue forzado por Satanás. En esta experiencia de tentación,
Satanás no tenía ningún poder sobre Jesús.


Satanás llevó a Jesús a pararse en la parte más alta del templo. No está claro cuál era la
parte más alta del templo. Cualquiera que fuere la localización, fue allí que Satanás
comenzó su segunda y sutil tentación.



Satanás citó de las Escrituras. Satanás citó Salmos 91:11-12. En estos versículos Dios
prometió cuidar de Su pueblo. Satanás jugó con la confianza de Jesús en el Padre. De
acuerdo a Satanás, una manera de probar que Jesús era el Hijo de Dios era arriesgar su
vida y ver si el Padre lo protegería.



Una vez más, Satanás quería que Jesús llevara a cabo su propio plan en vez de seguir el
plan de Dios. Si Jesús hubiera buscado atraer a las personas haciendo milagros, Él
hubiera tenido que continuar haciendo milagros para mantener a las personas. Jesús sabía
que quienes le seguían por lo que Él hacía, requerirían mayores milagros para
permanecer. La fe que depende de señales y maravillas no es fe. Además, Jesús sabía que
estaba mal usar el poder de Dios para ganancia personal. Jesús se estaría glorificando a Sí
mismo en vez de al Padre si se lanzaba del templo.


Jesús sabía que Dios le amaba; Jesús no tenía que probar a Dios. Así que, Jesús respondió
a la segunda tentación del diablo tal y como lo hizo con la primera; Él citó las Escrituras.
Jesús citó de otro pasaje del Antiguo Testamento, Deuteronomio 6:16. Jesús sabía que no
debía tentar a Dios poniéndose en una situación que forzara que Dios actuara en su lugar.
La Escritura enseña en contra de tentar a Dios. Por lo tanto, Jesús usó las Escrituras como
su arma contra el diablo. La promesa en Salmos 91 significa que Dios cuidaría de Su
pueblo. No significa que se permite provocar a Dios para que actúe. Satanás había usado
las Escrituras mal y engañosamente. Jesús usó la Palabra de Dios para combatir al diablo.
Tentado por lo espiritual (4:8-11)


Satanás atacó a Jesús una tercera vez intentando distorsionar la razón espiritual para Jesús
venir a la tierra. Satanás tentó a Jesús en el corazón de su misión. Jesús fue enviado a la
tierra a morir por los pecados del mundo; su misión era salvar al mundo. Satanás buscó
una manera para aparentar acelerar el proceso para que Jesús tuviera el control del mundo
entero. Satanás quería que Jesús se comprometiera abandonando a Dios y adorando a
Satanás. A cambio, el diablo le daría a Jesús el mundo.


Satanás le prometió a Jesús que podría salvar al mundo volviéndose igual al mundo.
Jesús entendió este principio tan vital. No se puede derrotar la maldad haciendo un
compromiso con la maldad. El diablo trató de convencer a Jesús de que Él podía evadir la
muerte en la cruz si simplemente seguía al diablo en vez de a Dios.




Satanás es el príncipe de este mundo; por lo tanto, él podía ofrecerle todos los reinos a
Jesús. Sin embargo, Jesús no tenía que aceptar esta oferta. Al final, Jesús sería exaltado
sobre toda la tierra.
Satanás llevó a Jesús a la cima de una montaña para mirar hacia lo lejos. No está claro a
cuál montaña lo llevó. Por reinos, Satanás se refería a los reinos de Palestina o de la tierra
de Canaán así como los reinos circundantes. Cualquiera que fuere el caso, Satanás le
prometió los reinos y su esplendor. Esto se refiere a riquezas, pueblos, y ciudades en la
tierra. Esta fue una tentación poderosa. Humanamente hablando, Jesús no tenía mucho de
rey en aquel momento. El no tenía un ejército, ni ciudad capital, y sólo unos pocos seguidores. Satanás le prometió cambiar todo eso en un momento.


A cambio de todo esto, Satanás quería que Jesús le adorara. Esto significaba que Jesús
confiaría en Satanás en vez de en Dios. También significaba que Jesús reconocería que
Satanás tenía el poder y el derecho de darle a Jesús los reinos del mundo. Satanás había
fracasado dos veces en sus tentaciones, y esta vez no se retraería. Le prometió a Jesús el
mundo.


Satanás pareció prometerle a Jesús el mundo a cambio de un pequeño acto de adoración.
Sin embargo, Jesús sabía que había algo más en las tentaciones de Satanás que lo que
aparentaban. Si Jesús hubiera caído en esta tentación, Él hubiera estado bajo el control
del diablo.


Jesús fue tentado con audacia, y Él respondió con audacia. Nuevamente, Jesús respondió
con las Escrituras. Esta vez, Jesús citó Deuteronomio 6:13: “Teme al Señor tu Dios,
sírvele solamente a Él, y jura sólo en Su nombre.” Satanás no dijo nada acerca de
servirle, pero Jesús sabía que adorar a alguien también quiere significa servir a esa
persona.


El diablo fue derrotado en sus intentos de tentar a Jesús, así que el diablo lo dejó. Esta no
sería la última vez en que Satanás tentaría a Jesús, pero por el momento dejó quieto a
Jesús. Después de que el diablo hubo terminado de tentar a Jesús, los ángeles vinieron a
cuidarle.


Jesús probó que si una persona resiste al diablo, el diablo huirá. Resistir no quiere decir
que esa persona no será tentada otra vez, pero la mejor manera de pelear la tentación del
diablo es resistirla.

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Los escojidos son tentados? SI.  Si Jesus que fue el hijo de Dios fue tentado mas nosotros aun seremos tentados.  Se puede resistir a la tentacion? SI.  Claro que se puede.  Hay varias cosas que nos ayudan a poder decir no a la tentacion.  Una de ellas es la ORACION, otra es el AYUNO, la otra es LA PALABRA osea leer la biblia, otra mas es escuchar la palabra osea ir a la IGLESIA.  Pero lo mejor es EL ESPIRITU SANTO.  El nos ayudara para poder no caer en tentacion.  Oren a Dios y pidan el Espiritu Santo para que los llene de el y sea el que les ayude para poder resistir.

Dios los bendiga!!










Thursday, January 13, 2011

El proposito del BAUTISMO.

El propósito del bautismo:
El bautismo es un acto de obediencia a Dios por una persona que cree en el Evangelio del Señor
Jesucristo. La obediencia es para recibir remisión de pecados (Hechos 2:38). En respuesta a una buena
conciencia ante Dios el bautismo ahora también nos salva a través del poder de la resurrección de
Jesucristo (I Pedro 3: 21). El bautismo es un tipo de ponerse o ser vestido de Cristo (Gálatas 3:27).
Por el bautismo un creyente expresa el divorcio de su anterior vida pecaminosa y se identifica a si mismo
como uno que desea vivir una nueva vida para Jesús. Su vida pasada de pecado es realmente enterrada
con Cristo en el bautismo (Romanos 6:4).









La manera correcta del bautismo:
Derramar, rosear e inmersión son modalidades o maneras de bautizar practicadas actualmente. Efesios 4:5
dice, "Un Señor, una fe, UN bautismo. Este sería el único empleado por Jesús y Sus discípulos.
Dos referencias bíblicas nos revelan cual es ese modo. "Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego
del agua..." (Mateo 3:16). Hechos 8:38-39, en referencia a Felipe bautizando al eunuco dice, ". . . y como
subieron del agua..." "Subió del" y "subieron del" implican claramente que el bautismo es administrado
propiamente por inmersión en agua. Pablo al referirse al bautismo como sepultura en Cristo (Romanos
6:4) respalda esta posición. Estudios hechos en la palabra griega "Baptizo," de la cual viene "bautismo,"
nos dan pruebas concluyentes de que la inmersión en agua es el modo apropiado. "Baptizo" significa:
sumergir, zambullir, o sumir.


La formula bíblica para el bautismo:
Jesús ordenó a Sus once Apóstoles en Mateo 28:19, a bautizar. "Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones, bautizándolas..." El habló a los hombres cuyo entendimiento estaba abierto a las escrituras
(Lucas 24:45). Obviamente, Sus palabras cautivaron a los oyentes. Ellos fueron testigos de Su muerte,
sepultura y resurrección. Pronto serían testigos de Su ascensión. Ellos sabían que El poseía las palabras de
vida eterna, las cuales no olvidarían.


El les instruyó previamente, "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15). Tomás, el
incrédulo, luego de ver las marcas de los clavos en Sus manos y la herida en Su costado, había hecho la
confesión, "Señor mío, y Dios mío" (Juan 20:28). Los discípulos sabían que El era Dios manifestado en la
carne, ellos le amaban y no le fallarían en guardar este mandamiento.



En el grandioso día de Pentecostés, registrado en Hechos, capítulo dos, leemos por la primera vez que
ellos obedecieron el mandato de bautizar. Todos habían sido llenos con el Espíritu Santo de Dios y
hablaron en otras lenguas según el Espíritu les daba que hablasen (Hechos 2:4). Pedro se puso de pie con
los once y predicó un mensaje de Jesús, el Cristo y de Su crucifixión. Judíos y prosélitos que se reunieron
en Jerusalén para la Fiesta de Pentecostés, cambiaron de ser burladores a preguntones. Compungidos de
corazón por el mensaje de Pedro, ellos preguntaron que debían hacer para ser salvos. Pedro, el orador
indicado, debido al hecho que Jesús le dio las llaves del reino de los cielos (Mateo 16:19), emitió esta
respuesta, "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.



Juan era muy sincero al aclarar al pueblo que el bautismo que el practicaba solamente era de agua para el limpiamiento (arrepentimiento) de los pecados pero que el verdadero bautismo lo daría el Señor Jesucristo y era con el Espíritu Santo y fuego. Mateo 3:11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Juan establecía así la gran diferencia de lo real del bautismo (espiritual) comparado con el suyo que era solamente de agua. En algunas iglesias aun se practica solamente el bautismo de Juan pues no llevan el elemento importante del arrepentimiento para recibir el Espíritu Santo. Sin arrepentimiento no hay abandono de pecados y por lo tanto el bautismo no es de muerte sino un simple baño de agua. El verdadero bautismo logra que la persona cambie su manera de vivir y que pase del pecado a la santidad.



Jesús quiso participar de este acto por medio del cual el pueblo se limpiaba de sus pecados y El también pidió ser bautizado aun cuando El no tenia nada de que arrepentirse. Mateo 3:13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. No obstante que Juan rechazaba tal idea por considerar que Jesús estaba libre de pecados. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús fue bautizado para que el pueblo tuviera un ejemplo y una secuencia de lo que habría de venir después. Mateo 3:16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Mateo 11:1 Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos. 








Dos Bautismos

Jesús dejaba entrever a los discípulos la existencia de dos bautismos, uno era de agua para arrepentimiento (para limpiar los pecados) y el otro era con fuego en el Espíritu Santo para quitar los pecados del creyente, el primero era considerado bautismo de los hombres y el segundo bautismo del cielo. Jesús les pregunto: Mateo 21:25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Y Juan les aclaraba Marcos 1:8 Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él (Jesucristo) os bautizará con Espíritu Santo. 

Jesús trataba de que ellos comprendieran que el bautismo del cielo era lo importante y les decía: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Lucas 12:50 De un bautismo tengo que ser bautizado; y !cómo me angustio hasta que se cumpla! JESUS les estaba hablando de su muerte la cual él consideraba una especie de bautismo también y les adelantaba que no solo El sino todos recibiríamos tal bautismo Mateo 20:23 El les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados;





Una vez bautizados, comenzamos una nueva vida, somos renovados y somos constituidos como miembros del Cuerpo de Cristo o "iglesia", enlazados unos con otros en los lazos de su amor y unidos individualmente a Cristo como cabeza de la iglesia. El Apóstol Pablo dice en su carta a Corintios: 1 Corintios 12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Efesios 4:5 un Señor, una fe, un bautismo,
El bautismo nos hace morir en la carne pero aun así seguimos pecando.
No obstante que con el bautismo le hemos dado la espalda al pecado y hemos sido lavados de las impurezas, seguimos viviendo en la carne y por lo tanto propensos a pecar. El Apóstol Pedro nos dice en 1 Pedro 3:21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,
Con el bautismo todo es hecho de nuevo, pasamos a "estar" en Cristo.
Al ser bautizados en Cristo, nos volvemos nuevas criaturas. La Biblia nos dice en: 2 Corintios 5 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Lo cual nos aclara que hemos sido cambiados por el poder de Dios quien lleno de misericordia y de amor a nosotros quiere tenernos en su reino como Hijos suyos.



Mateo 20:23 

23 El les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. 

El bautismo de Jesús
(Mr. 1.9-11; Lc. 3.21-22)
 13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.     14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
    15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.
    16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
    17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia
Que Dios los Bendiga!

 




Tuesday, January 11, 2011

No se afanen por el dia de MANANA.

Mateo 6:34 >
“No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán.”


Mateo 6:25 Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?


Salmo 121:8 Jehová guardará tu salida y tu entrada, Desde ahora y para siempre.

Fil 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7 Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.


“la preocupación es falta de oración”. Quién de nosotros no ha pasado por momentos de preocupación, peor aún de angustias? Todos pasamos por momentos difíciles, cómo es posible entonces que la Biblia nos diga que en todo estemos gozosos? 1 Tes 5:16 “estad siempre gozosos”, no nos deja ninguna alternativa, claramente es un mandato a estarlo “siempre”.

Las cosas Temporales: cuales son las cosas que normalmente nos preocupan a diario? Hagamos seguimiento de lo que sería un día medianamente normal en la vida de cualquier persona. Digamos que sale de su casa y su preocupación es llegar bien a su destino, recurra al Salmo 121:8 Jehová guardará tu salida y tu entrada, Desde ahora y para siempre.
Note que Dios no cuidará solamente su ida sino también su regreso, y como añadidura es una promesa para siempre! Ahora puede usted salir tranquilo donde quiera que vaya.
Otra preocupación común de cada día y algo típico y necesario en cada uno de nosotros es tanto el comer como el vestir, encontramos otra promesa en:
Mateo 6:25 Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?
No quiero dejar de cubrir todas aquellas cosas que nos acongojan diariamente consumiendo nuestro tiempo y pensamiento, desde cosas no tan importantes hasta reales necesidades y urgencias:
Fil 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Ahora quiero pedirle que piense un poco en “Mi Dios”, a que Dios estamos sirviendo? Quién es en realidad su Señor y Salvador? Es el mismo Dios ayer hoy siempre, es el mismo Dios que con su palabra mandó y los cielos y todo cuanto existe fue formado de la nada; si estamos hablando del mismo Dios, entonces, deberíamos tener la certeza de que todas nuestras necesidades estarán cubiertas de antemano.



La salud, es un tema recurrente y en verdad preocupante, diría yo que más que las preocupaciones temporales, es muy difícil aceptar la voluntad de Dios cuando se trata de la salud de un ser querido o de la propia. Claro que SI existen promesas de salud física en la biblia, tomemos como ejemplo el conocido Salmo 91, pero mas allá de las promesas acerca de la salud, debemos tener en cuenta que este es un aspecto que nos toca directamente a nosotros. 
Por último y por supuesto no menos importante tenemos las preocupaciones por el futuro. Generalmente cuando hablamos de futuro, la mayoría de las personas se enfocan en los años venideros, cuando pase de los 30 o 40 años o si acaso llego a los 60 o70, la vejez, jubilación y todo lo que conlleva el normal proceso de envejecimiento.


Irónicamente las personas pasan más tiempo preocupándose por las cosas más irrelevantes (las cosas temporales), pasan menos tiempo tratando de cuidar para no remediar las cosas mas relevantes (la salud), pero pasan muy poco tiempo preocupándose por lo único realmente importante de estos tres tópicos: el futuro. El futuro desde el punto de vista de Dios, la eternidad.
Seguramente usted tiene idea de dónde pasará o le gustaría pasar su jubilación, su vejez y sus últimos años como peregrino en esta tierra, pero ya tiene asegurado su cupo en la eternidad? Éste y solamente éste es el único tópico del cual vale la pena preocuparse si es que aún no lo tiene decidido, y si ya lo tiene entonces puede pasar este tema al extremo de las no preocupaciones.
Para todas las demás preocupaciones que usted pueda tener particularmente todo lo que puedo decirle esta resumido en:


Filipenses 4:6-7 Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
La oración y ruego son la respuesta a todas nuestras preocupaciones. Mientras mas tiempo pase en oración, tenga la plena seguridad de que sus preocupaciones se irán desvaneciendo y entonces podrá acatar el mandato bíblico de gozarse en todo!.  Aunque la Preocupacion no es pecado ni antibiblico.  El Senor no quiere que nos Preocupemos por nada.  El quiere que pongamos toda confianza en el y Pongamos nuestros problemas en sus manos.


“No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán”. Lo que el señor dijo aquí es: “¿Te hace falta algo? Si te preocupa algo que te falta hoy, esa preocupación es suficiente y no tienes que preocuparte por lo que te hará falta en el futuro. No traigas los problemas del futuro al presente y no sufras por ellos anticipadamente”. El Señor dice que el mañana tendrá sus propios afanes.




Ustedes y yo somos personas justas. Sin embargo no somos perfectos en todo. Todo el mundo tiene defectos y debilidades. Cuando lo experimentamos por primera vez, cuando acabamos de nacer de nuevo, no está mal. ¿Por qué? Porque todavía tenemos esperanza. Está bien tener la esperanza de que cambiará. Pero a medida que vivimos más y más nuestra vida de fe, ya no está bien. Sólo por vivir una vida de fe, nuestra carne no cambia. Incluso Pablo no podría decía que no tenía defectos, aun más, Pablo dijo: “¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). Podemos averiguar que él también tenía sus preocupaciones y debilidades.




 Queridos hermanos cristianos, ¿sufren? ¿tienen preocupaciones? —Sí—. Si tenemos sufrimientos hoy, los sufrimos solamente hoy. Entonces se acabaron. Mañana será un nuevo día. Les digo esto a todos los santos y los siervos y siervas de Dios. El Señor nos ha dicho: “No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán”. ¿Cómo de grande es esta verdad? ¡Qué preciosa es esta amonestación!  Acuerdate no sabemos lo que pasara manana.  Pero si sabemos que tenemos a un DIOS fuerte y que siempre vela por nosotros.  Confiemos en el y que el siempre buscara lo mejor para cada uno de nosotros.

1 Pedro 5:7 1 Poco después, Jesús les dijo a sus discípulos:
–No se preocupen. Confíen en Dios y confíen también en mí.


Juan 14:1 (Biblia en Lenguaje Sencillo)
6 No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos.
7 Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.


Filipenses 4:6,7 (Biblia en Lenguaje Sencillo)
15 Ustedes fueron llamados a formar un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Dejen que la paz de Cristo gobierne sus corazones, y sean agradecidos.

Colosenses 3:15 (Biblia en Lenguaje Sencillo)
3 Al de carácter firme
lo guardarás en perfecta *paz,
porque en ti confía.


Isaías 26:3 (Nueva Versión Internacional)
8 Cuando me acuesto, me duermo en seguida, porque sólo tú, mi Dios, me das tranquilidad. Salmos 4:8 (Biblia en Lenguaje Sencillo) 19 Por eso, de sus riquezas maravillosas mi Dios les dará, por medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta.


DIOS es bueno y el te guiara hacia lo mejor.  Confia en el y no te afanes por el manana.  No te preocupes.  Deja que el tome control de tu vida.  

Que dios los bendiga!!


















Monday, January 10, 2011

Y la lengua es un fuego,un mundo de maldad.

Santiago 3:1-12

 
3:1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
    2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
    3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.
    4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.
    5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, !!cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
    6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
    7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;
    8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
    9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
    10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
    11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
    12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.




¨Y la lengua es un fuego,un mundo de maldad.La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.¨ vr.6.
 
Todos ofendemos muchas veces. Todos cometemos equivocaciones; pero, las ofensas que no podemos muchas veces dominar son las que contienen la lengua.
 
La lengua es el órgano del cuerpo humano más dificil de dominar, y es capáz de sujetar todo el cuerpo.
 
Este pequeño miembro puede ser usada tanto para bendecir a Dios, como para maldecir a los hombres.
 
La amonestación en cuanto al habla. La importancia de tener dominio propio para controlar la lengua.
 
¨El tremendo mal que la lengua posee proviene directamente del infierno.¨

REFLEXION:
 
Cuantas desgracias han causado la lengua: Dividido matrimonios, familias, amistades, iglesias, gobiernos, etc.,tec.
 
Sólo el que está en Cristo la puede dominar, porque es la manera de agradar a Dios, y nó así mismo.
 
¨De modo que si alguno está en Cristo, neva criatura es; las cosa viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.¨ 2 Corintios 5:17.
 
TODOS TENEMOS UN ARMA MORTAL EN NOSOTROS” nosotros sabemos si la utilizamos para edificación a para maldición, lo cierto es que un día estaremos en la presencia del Señor y hemos de dar cuenta de nuestros actos. * ANTES DE ABRIR LA BOCA PREGíšNTATE: -¿Aumentará esto que voy a decir el respeto por la persona que voy a mencionar? -¿aumentará el amor hacia el o hacia ella.? Si no es así, ¡ mejor no digamos nada!
 
�Pí�DELE A DIOS QUE CUIDE TU LENGUAé� DIOS AYUDA A QUIeN HUMILDEMENTE ADMITE SU NECESIDAD Y LE PIDE AYUDA ¿QUE HARí� USTED?, El Señor le puede ayudar a quitar ese mal hábito de la murmuración oh malas palabras, si lo ha practicado, pídaselo de todo corazón con el firme deseo de vencer.. Le lanzo un reto… Vaya con aquella persona, después de orar, Sí, con aquella a la que ha lastimado, pídale perdón y juntos ayudemos a que El Señor añada cada día los que han de ser salvos
 
Amansen siempre!  No dejen que el enemigo los corupta y se dejen llevar por el ODIO y el ENOJO.  Oren y lean la palabra para cuando llegue el enemigo puedan RESISTIR el mal. 
Dios los bendiga!
 
 
 
 
 
 





Use un Vocabulario de Bendición

Por Joel Osteen Uno de mis pastores favoritos:)  Espero les guste!!



Como padres, podemos afectar profundamente la dirección que toman las vidas de nuestros hijos por medio de las palabras que les hablamos. Yo creo que como matrimonio podemos delinear la dirección para toda nuestra familia. Como negociante, puede ayudar a determinar la dirección para sus empleados. Con nuestras palabras, tenemos la habilidad de ayudar a moldear y formar el futuro de cualquier persona sobre quien tengamos influencia.

Y cada uno de nosotros tiene influencia sobre alguna otra persona. Usted posiblemente no considere ser un líder, pero sin embargo, sí tiene un círculo de influencia, alguna persona o grupo que le respeta. Aun si usted es un adolescente, alguien valora su opinión. Es vital que hablemos “cosas buenas” a las vidas sobre las cuales tenemos influencia. Eso no quiere decir que nunca estaremos en desacuerdo con ellos o que nunca tendremos que confrontarles o corregirles, pero el tono general de nuestras palabras a ellos deberá ser positivo.

Una madre bien intencionada constantemente regañaba a su hijo adolescente: “Eres tan flojo; ¡nunca serás algo bueno! Si no te comportas, nunca lograrás entrar en la universidad. Lo más seguro es que terminarás metiéndote en problemas”.

Esa clase de palabras negativas destruirá más rápidamente a una persona de lo que se imagina. No puede hablar negativamente de alguien en un momento, y después salir y esperar que esa persona sea bendecida. Si usted quiere que sus hijos sean productivos y que tengan éxito, usted necesita declarar palabras de vida sobre ellos en lugar de predicciones de mal y desesperación. La Escritura nos recuerda que con nuestras palabras podemos bendecir o maldecir a las personas.

Las personas en el Antiguo Testamento tenían muy claro el poder que ejercía la bendición. Al acercarse el patriarca de la familia a la senilidad o a la muerte, los hijos mayores se juntaban al lado de su padre, luego él colocaba sus manos sobre la cabeza de cada hijo y hablaba palabras amorosas y llenas de fe sobre ellos y sobre su futuro. Estas frases se conocían como “la bendición”. La familia estaba consciente de que eran más que el último testamento del padre; estas palabras llevaban consigo la autoridad espiritual y tenían la habilidad de traer éxito, prosperidad y salud a su futuro.

En muchas ocasiones, los hijos aun se peleaban por la bendición del padre. No se estaban peleando por el dinero que pudieran heredar, ni tampoco por el negocio familiar. No, ellos se peleaban por esas palabras llenas de fe porque sabían que si recibían la bendición de su padre, las riquezas y el éxito serían las consecuencias naturales de ella. Y más que eso, deseaban profundamente recibir la bendición de una persona a quien amaban y respetaban.

Uno de los relatos bíblicos más sorprendentes sobre el poder de la bendición nos llega a través de las vidas de Jacob y Esaú, los dos hijos de Isaac. Jacob deseaba recibir la bendición de su padre, no cualquier bendición, sino una bendición que le pertenecía legítimamente al hijo primogénito de la familia. Isaac estaba viejo, cercano a la muerte, y prácticamente ciego. Un día llamó a su hijo, Esaú, y le dijo: “Esaú, ve y mata un animal y prepárame una comida, y te daré la bendición que le pertenece al hijo primogénito”. Pero la madre de Jacob, Raquel, escuchó esta conversación. Raquel amaba a Jacob más que a Esaú, así que le dijo a Jacob que se pusiera la ropa de Esaú con la intención de engañar a Isaac para que le diera a él la bendición. Entonces preparó una de las comidas preferidas de Isaac.

Mientras Esaú andaba de cacería, ella le dijo a Jacob: “Ve a tu padre y preséntale esta comida, y él te dará la bendición que en realidad le pertenece a tu hermano”.

Jacob reconoció la seriedad de este fingimiento y dijo: “Pero Mamá, ¿qué pasa si él se da cuenta que estoy mintiendo, y me maldice en lugar de bendecidme? ¡Seré maldecido por el resto de mi vida!”

Medite eso. Jacob entendía que él estaba arriesgando todo su futuro con este truco, estaba consciente de que las palabras que hablara su padre sobre él le impactarían, ya fuera para bien o mal, por el resto de su vida.

Declare el favor de Dios

Reconozcámoslo o no, nuestras palabras afectan el futuro de nuestros hijos ya sea para bien o para mal. Nuestras palabras tienen la misma clase de poder que ejercían las palabras de Isaac. Debemos hablar palabras amorosas de aprobación y aceptación, palabras que animen, inspiren y motiven a nuestros hijos a alcanzar nuevas alturas. Al hacer esto, estamos hablando bendiciones a sus vidas, estamos hablando abundancia e incremento, estamos declarando el favor de Dios en sus vidas.

Pero en demasiadas ocasiones, nos deslizamos a hablar palabras duras que critican a nuestros hijos, constantemente encontrando alguna falta en lo que nuestros hijos estén haciendo. “¿Por qué no puedes salir mejor en tus notas?” No dejaste bien el jardín. Vete a limpiar tu habitación, ¡parece un pocilga! No puedes hacer nada bien, ¿verdad?”

Palabras tan negativas causarán que nuestros hijos pierdan ese sentido de valor que Dios ha puesto dentro de ellos. Como padres, tenemos la responsabilidad ante Dios y la sociedad de entrenar a nuestros hijos, de disciplinarles cuando desobedecen, de amorosamente corregirles cuando toman malas decisiones, pero no debemos estar constantemente regañándoles. Si usted habla continuamente palabras que desaniman y desalientan, antes de mucho tiempo usted destruirá la imagen propia de su hijo; y con sus palabras negativas, abrirá la puerta, permitiendo que el enemigo traiga toda clase de inseguridad e inferioridad a su vida. Millones de adultos hoy día están todavía sufriendo los efectos de las palabras negativas que les hablaron sus padres de niños.

Recuerde que si comete el error de constantemente hablar palabras negativas sobre sus hijos, usted está maldiciendo su futuro. Además, Dios le pedirá cuentas a usted por haber destruido su destino. Con la autoridad viene responsabilidad, y usted tiene la responsabilidad como autoridad espiritual sobre su hijo de asegurarse que se sienta amado, aceptado y aprobado. Usted tiene la responsabilidad de bendecir a sus hijos.

Además de eso, la mayoría de los niños desarrollan sus conceptos de quién es Dios y cómo es Él de la imagen que tienen de sus padres. Si su padre es malo, criticón y áspero, inevitablemente los hijos crecerán con una manera distorsionada de ver a Dios. Si el padre es amoroso, bondadoso, compasivo y justo, el hijo entenderá mejor el carácter de Dios.

Una de las razones por las que hablo tanto de la bondad de Dios es porque vi a mi padre ejemplificarla. Ninguna persona pudo haber representado mejor a Dios ante los hijos Osteen que mi papá. Aun cuando cometíamos un error o nos desviábamos, a la vez que mi papá se mantenía firme, también era amoroso y bueno. Él nos guiaba al camino correcto inmediatamente. Nunca usó tácticas ásperas para meternos de nuevo al camino; nos amó hasta corregirnos y aunque era un hombre muy ocupado, siempre tomaba tiempo para nosotros.

Nos animaba a hacer grandes cosas, a cumplir nuestros sueños. Solía decir: “Joel, no hagas lo que yo quiero que hagas. Haz lo que tú quieras hacer. Sigue tus propios sueños”.

Mi papá creía en mis hermanos y en mí. Nos decía que éramos grandes, aun cuando sabíamos que no lo éramos, se refería a nosotros como bendiciones aun y cuando sabíamos que no nos estábamos comportando como bendición.

Mi mamá y mi papá criaron cinco hijos en nuestra casa. De niños, no teníamos programas para niños como hoy en día los tienen en muchas iglesias, todos nos reuníamos en el mismo auditorio. Mi hermanita, April, y yo solíamos sentarnos en la primera fila de ese antiguo edificio donde cabían unas doscientas personas. Jugábamos al “gato” (o también conocido como “cruces y círculos”) durante toda la reunión. (Estoy confesando esto para que usted sepa que todavía hay esperanza para sus hijos. Yo no puse atención, y Dios me hizo un pastor. ¡Quién sabe qué hará con sus hijos!).

Mi papá estaría en la plataforma, y mi mamá nos tendría a nosotros cinco en una fila, mientras alzaba sus manos, alabando a Dios con sus ojos cerrados. Sin embargo, tenía la sorprendente habilidad, con todo y sus ojos cerrados, de saber cuándo nos estábamos portando mal. Eso me asombraba muchísimo. ¡Creo que era mi primera experiencia con el poder sobrenatural de Dios! Veía a mi mamá para asegurarme que tenía cerrados los ojos antes de hacer algo para molestar a mi hermano, Paul. Sin perder un segundo, mi mamá bajaba lentamente una mano, con mucha gracia me tomaba el brazo, ¡y me daba un fuerte pellizco! Yo hubiera querido gritar pero sabía que lo mejor era no hacerlo. Y después, mi mamá levantaría de nuevo su brazo para continuar alabando al Señor.

Pensaba: Mamá, tienes un don. ¡Eso es sobrenatural!

Estoy bromeando (un poco), pero el punto es que mis hermanos y yo no éramos unos niños perfectos. Cometimos bastantes errores, pero mis padres nunca se fijaron demasiado en nuestras debilidades ni en los problemas. Siempre se enfocaban en las soluciones, constantemente nos decían que éramos los mejores niños del mundo, y crecimos sintiéndonos seguros, sabiendo que nuestros padres no sólo se amaban, pero nos amaban y creían en nosotros, y nos apoyarían pasara lo que pasara. Sabíamos que nunca nos criticarían ni condenarían, pero siempre creerían lo mejor de nosotros.

Como crecí con la aceptación y aprobación de mis padres, ahora, siendo padre yo, estoy practicando la misma clase de cosas con mis hijos. Estoy hablando palabras de bendición a sus vidas que pasarán de generación a generación, y yo sé que mis hijos transmitirán la bondad de Dios a sus hijos, y así sucesivamente.

Una de las primeras cosas que hago al ver a mi hijito Jonathan en la mañana, es decir: “Jonathan, eres lo mejor, hombre”. Constantemente le estoy diciendo: “Jonathan, tú eres el regalo de Dios para Mamá y para mí, te amamos; estamos orgullosos de ti; siempre te apoyaremos”. Le digo a nuestra hija, Alexandra, la misma clase de cosas.

Antes de que se vayan a la cama, les digo a nuestros dos hijos: “Papi siempre será tu mejor amigo”. Victoria y yo siempre les estamos diciendo: “No hay nada que no puedes hacer. Tienes un futuro emocionante ante ti. Estás rodeado del favor de Dios. Todo cuanto toques prosperará”.

Victoria y yo creemos que tenemos tanto una oportunidad como una responsabilidad de hablar las bendiciones de Dios a nuestros hijos ahora, mientras están pequeños. ¿Por qué esperar hasta que sean adolescentes, o estén en sus veinte años y por casarse, para comenzar a orar que las bendiciones de Dios llenen sus vidas? No, estamos declarando las bendiciones de Dios sobre ellos todos los días de su vida. Y tenemos la plena convicción de que nuestras palabras impactarán a nuestros hijos mucho después de que hayan crecido y tengan sus propios hijos.

¿Qué está dejando usted a la siguiente generación? No es suficiente sólo pensarlo; tiene que hablarlo. Una bendición no es una bendición si no se habla y sus hijos necesitan oírle palabras como: “Te amo. Creo en ti. Pienso que eres especial. No hay nadie como tú. Eres único”. Necesitan escuchar su aprobación; necesitan sentir su amor; necesitan su bendición.

Sus hijos pueden estar ya grandes, pero eso no debería detenerle de tomar el teléfono para hablarles y animarles, decirles que está orgulloso de ellos. Quizá usted no practicó bendecir a sus hijos mientras crecían, pero no es demasiado tarde; comience a hacerlo ahora mismo.

Las palabras no pueden ser retiradas

Jacob se presentó ante su padre Isaac, quien estaba prácticamente ciego, pretendiendo ser su hermano Esaú. Aunque los ojos de Isaac no veían tan bien, su inteligencia seguía intacta, por lo que cuestionó: “Esaú, ¿en realidad eres tú?”
“Sí, Padre, soy yo”, mintió Jacob.

Isaac no quedó convencido, así que hizo acercar a su hijo. Sólo cuando olió la ropa de Esaú se convenció al fin que era él y entonces le dio a Jacob la bendición que en realidad le pertenecía a su hermano mayor. Dijo algo como: “Que siempre tengas abundancia de grano y vino. Que las naciones se postren ante ti y las personas siempre te sirvan. Que seas Señor sobre tus hermanos. Que cualquiera que te maldiga sea maldecido, y cualquiera que te bendiga sea bendecido.
Fíjese que Isaac declara cosas sobre el futuro de Jacob, y si estudia la historia se dará cuenta de que esas cosas sí llegan a cumplirse.

Por otro lado, poco después de haber salido Jacob de con su padre, llegó Esaú. Él dijo: “Padre, siéntese; traje la comida que le preparé”.
Ahora Isaac estaba confundido y dijo: “¿Quién eres tú?”

“Papá, soy Esaú, tu primogénito”. En ese punto, la Biblia nos dice que Isaac comenzó a temblar violentamente, ya que se dio cuenta de que había sido engañado. Le explicó a Esaú como Jacob, su hermano, había llegado y con engaño se había robado la bendición.

Ahora llegamos a una parte sorprendente de esta terrible historia de traición. Esaú comenzó a llorar en voz alta, diciendo: “Padre, ¿no me puedes dar la bendición que le pertenece al hijo primogénito?”

La respuesta de Isaac fue tanto perspicaz como poderosa: “No, las palabras ya han salido, y no las puedo retirar. Dije que Jacob sería bendecido, y él siempre será bendecido.

¿Logra ver el poder de nuestras palabras? ¿Percibe el poder de declarar bendiciones sobre sus hijos? Isaac dijo: “Una vez que hayan salido palabras, no las puedo retirar”. Él le dio una bendición menos a Esaú, pero no fue tan significativa como la que le había dado a Jacob.

Tenemos que tener muchísimo cuidado con lo que permitimos salir de nuestra boca. La próxima vez que tenga la tentación de hablarle mal a alguien, de menospreciar a su hijo o degradarle, recuerde, nunca podrá retirar aquellas palabras. Una vez que las hablamos, toman una vida propia.

Use sus palabras para bendecir a las personas. Deje de criticar a su hijo y comience a declarar que tiene grandes cosas en su futuro.

No deberíamos hablar jamás palabras negativas, ni destructivas hacia nadie, en especial hacia las personas sobre quienes ejercemos autoridad o influencia. Sólo porque usted tiene su propio negocio o supervisa un gran número de empleados, eso no le da el derecho de hablarles mal y hacer que se sientan mal consigo mismos. ¡Al contrario! Dios le pedirá cuentas por lo que le dice a aquellos individuos bajo su autoridad, y Él le juzgará con un criterio más estricto. Debería de esforzarse para hablar palabras positivas que edifican y animan.

De manera similar, es importante que un esposo entienda que sus palabras ejercen tremendo poder en la vida de su esposa. Él necesita bendecirla con sus palabras, ya que ella ha dado su vida para amarlo y cuidarlo, para ser su pareja, para crear una familia juntos, y para criar a sus hijos. Si siempre está encontrando algo mal en lo que ella esté haciendo, si siempre está menospreciándola, él segará terribles problemas en su matrimonio y en su vida.

Además, muchas mujeres hoy día se encuentran deprimidas y se sienten emocionalmente abusadas porque sus maridos no las bendicen con sus palabras. Una de las principales causas de crisis emocional entre las mujeres casadas es el hecho de que no se sienten valoradas y una de las razones principales por las que se da esta diferencia es porque los esposos están conscientes o inconscientemente negando dar las palabras de aprobación que tan desesperadamente desean las mujeres. Si usted desea ver una obra milagrosa en su matrimonio, comience a alabar a su pareja, comience a apreciarla y a animarla.

“Ah, mi esposa sabe que la amo”, dijo un señor mayor: “No necesito decírselo, se lo dije hace cuarenta y dos años, al casarnos”.

No, ella necesita oírlo una y otra vez. Cada día, un esposo debería decirle a su esposa: “Te amo”. Te aprecio. Eres la mejor cosa que jamás me ha sucedido”. Una esposa debería hacer lo mismo por su esposo, su relación mejoraría muchísimo si simplemente comenzara a hablar palabras amables y positivas, bendiciendo a su pareja en lugar de maldecirla.

Declare la bondad de Dios

Debe comenzar a declarar la bondad de Dios en su vida. Declare confiadamente: “El rostro de Dios está resplandeciendo sobre mí, y Él desea ser bueno conmigo”. Eso no es jactarse, así es cómo Dios dice que seremos bendecidos, cuando empecemos a declarar su bondad.

Permíteme hacer algunas declaraciones a su vida:

- Declaro que usted es bendecido con la sabiduría sobrenatural de Dios, y que tiene una dirección clara para su vida.

- Declaro que es bendecido con creatividad, con valentía, con habilidad y con abundancia.

- Declaro que es bendecido con una voluntad fuerte y con autocontrol y disciplina propia.

- Declaro que es bendecido con una magnífica familia, con buenas amistades, con buena salud y con fe, con favor, con satisfacción y realización.

- Declaro que es bendecido con éxito, con fuerza sobrenatural, con ascensos y con protección divina.

- Declaro que es bendecido con un corazón obediente y con una actitud positiva de la vida.

- Declaro que cualquier maldición que jamás se haya hablado sobre usted, cualquier palabra mala o negativa dicha en contra suya, será rota ahora mismo.

- Declaro que es bendecido en la ciudad; es bendecido en el campo; es bendecido cuando entra; es bendecido cuando sale.

- Declaro que todo lo que hagan sus manos prosperará y saldrá bien.

- ¡Declaro que es bendecido!


Por Joel Osteen 


Palabras de Bendicion recuerden!