Juan 6:26-35; 47-51
26 Respondióles Jesús, y dijo; De cierto, de cierto os digo, que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os hartasteis.
27 Trabajad no por la comida que perece, mas por la comida que á vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará: porque á éste señaló el Padre, que es Dios.
28 Y dijéronle: ¿Qué haremos para que obremos las obras de Dios?
29 Respondió Jesús, y díjoles: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
30 Dijéronle entonces: ¿Qué señal pues haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obras?
31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dió á comer.
32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dió Moisés pan del cielo; mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
34 Y dijéronle: Señor, danos siempre este pan.
35 Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que á mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Jesús nos dice que Él es el sustentador de la vida – el físico y el espiritual. No podemos vivir espiritualmente, o conocer a Dios, sin Jesucristo. Como él dice en Juan 14:6, «Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí.» v. 26-35 Una gran multitud de gente había visto a Jesús hacer un milagro el día anterior. Él había dado de comer a más de 5 mil personas con 5 piezas de pan y 2 pescados. Esto causó una impresión. Por eso, una gran multitud había seguido a Jesús al otro lado del lago y se juntaron con Él al día siguiente con una pregunta: «¿Maestro, como llegaste aquí?» Preguntaron esto porque ellos sabían que Jesús no se había ido en el barco con sus discípulos al otro lado del lago (v. 22). Juan relata en v. 16-21 como Jesús caminó encima del agua al barco de los discípulos. Pero Jesús no escogió a vanagloriarse acerca de su abilidad de caminar encima del agua. Y Él no contestó su pregunta, pero cuestionó su razón por seguirle: «porque comieron pan hasta llenarse» (v. 26). En otras palabras, la gente estaba más preocupada con la condición de sus estómagos que la condición de sus corazones. Como la mujer en el pozo y Nicodemo, Jesús sabía los corazones de estas personas. Él sabía lo que ellos necesitaban mas de lo que ellos sabían.
Como la mujer en el pozo y Nicodemo, la gente aquí solamente estaba mirando a primera vista (en apariencia) – a las cosas que podían ver – y no a las necesidades espirituales de la vida. Jesús sabía esto y trataba de abrir sus ojos espirituales para ver más allá sus necesidades físicas. La mayoría de la gente en la vida son como la multitud. Ellos están preocupados principalmente con lo de aquí y ahora – las cosas de este mundo. Pero la Biblia nos dice que “«El mundo se acaba con sus malos deseos (1 Juan 2:17).» Solamente las cosas espirituales durarán. Como mucha gente hoy, la multitud pensaba que «la vida eterna» era algo que tenía que conseguir por medio de algo que podía hacer. Así, le preguntaron a Jesús, «¿Qué quiere Dios que hagamos?» aun después que él les había dicho que él les daría la vida eterna (v. 27). Así, Jesús les explicó: que ellos debían «creer en aquel a quien el (Dios) envió» (v. 29). En Juan 3:16 y muchos otros versículos, Jesús lo aclara que la única manera tener la vida eterna es creyendo en Él. La acción fue completa en la cruz – no hay nada más que debamos hacer para conseguir la salvación, excepto creyendo en Jesús como nuestro
señor y salvador. Pero la gente aun no entendía. ¡Ellos querían otro milagro! Jesús trata de explicar que el milagro más grande es que Él es Dios quien ha venido del cielo como hombre. Como
con la mujer al pozo, Él usa algo con cual ellos se pueden identificar – el pan – para describirse. Y como la mujer, la gente pensaba que él estaba hablando acerca de pan tangible que ellos podían comer, y le dijeran que querían de este pan. Jesús respondió con audacia, «Yo soy el pan de vida.» En esencia, Jesús está diciendo, «Yo soy todo lo que necesitas para ir a Dios. Nunca necesitaras algo mas para tener la vida eterna.»
señor y salvador. Pero la gente aun no entendía. ¡Ellos querían otro milagro! Jesús trata de explicar que el milagro más grande es que Él es Dios quien ha venido del cielo como hombre. Como
con la mujer al pozo, Él usa algo con cual ellos se pueden identificar – el pan – para describirse. Y como la mujer, la gente pensaba que él estaba hablando acerca de pan tangible que ellos podían comer, y le dijeran que querían de este pan. Jesús respondió con audacia, «Yo soy el pan de vida.» En esencia, Jesús está diciendo, «Yo soy todo lo que necesitas para ir a Dios. Nunca necesitaras algo mas para tener la vida eterna.»
47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de vida.
49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y son muertos.
50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera.
51 Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
vv. 47-51
Jesús trata de ayudar a la gente a entender que Él no está hablando acerca de pan que
llenará sus estómagos. Él responde a su pregunta acerca del mana – la comida que Dios
usó para dar de comer a los israelitas en el desierto – por compararla a si mismo. Si, el
mana era un regalo de Dios, pero la gente todavía murió. El mana no ayudó a sus almas.
Pero Jesús – el pan de la vida – es mucho más que el mana. Él es la forma para recibir
vida eterna y evitemos la muerte espiritual (separación de Dios). En v. 51, Jesús aludió al pan como su «cuerpo.» En otras palabras, Él se hizo hombre de carne y hueso para poder ser el sacrificio por nuestros pecados en la cruz. Si no se hizo hombre, él no podía morir en la cruz y no podíamos tener la vida eterna.
Jesús trata de ayudar a la gente a entender que Él no está hablando acerca de pan que
llenará sus estómagos. Él responde a su pregunta acerca del mana – la comida que Dios
usó para dar de comer a los israelitas en el desierto – por compararla a si mismo. Si, el
mana era un regalo de Dios, pero la gente todavía murió. El mana no ayudó a sus almas.
Pero Jesús – el pan de la vida – es mucho más que el mana. Él es la forma para recibir
vida eterna y evitemos la muerte espiritual (separación de Dios). En v. 51, Jesús aludió al pan como su «cuerpo.» En otras palabras, Él se hizo hombre de carne y hueso para poder ser el sacrificio por nuestros pecados en la cruz. Si no se hizo hombre, él no podía morir en la cruz y no podíamos tener la vida eterna.
Su vida y muerte eran regalos para nosotros. Todavía tenemos que recibir este regalo, como en comer recibimos la comida dentro nuestras bocas y cuerpos. Solo los que reciben el regalo que Jesús ofrece tendrán la vida eterna. También, Jesús se compara al pan en la ultima cena con sus discípulos, antes de que fuera arrestado y crucificado. Él partió el pan de la Pascua y dijo, «Este pan es mi cuerpo entregado por ustedes.» (Lucas 22:19) Su cuerpo estaba entregado por nosotros en la cruz.
¿Estas como la multitud que queria el pan?
¿Sabes la diferencia en sus necesidades fisicas y espirituales?
¿Tienes el pan de la vida? Como hace el una diferencia en tu vida?
¿Compartes este pan con otros al tu alrededor, quienes tienen hambre
espiritualmente?
Si nos ocupamos de nuestras vidas espirituales PRIMERO Dios se encarga de todas nuestras necesidades.
Usted cree en las promesas de Dios? Esta es una de ellas.
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